Fran García llegó a Suiza hace más de 10 años. En aquel momento se sintió totalmente fuera de lugar. En España había trabajado en Verdecora, la Zara de los espacios ajardinados. Durante años lideraba equipos, le encantaba hacerles crecer. La organización de distintas tiendas de una empresa con 6 unidades de negocio en España en Madrid, Valencia y Zaragoza, con más de 40.000 m2 comerciales, 1 M€ de stock, 10M€ en turnover, 80 empleados … ¡estaba feliz! Le gustaba llevar equipos y liderar, pero algo dentro le animó a emprender nuevos retos. ¿Podríamos decir que se llegó a aburrir? Puede que sí.
Entonces se fue ¡nada menos que a Suiza! Empezó a trabajar en ECCO Europe, una empresa de zapatos que se venden en 101 países en más de 2250 tiendas ECCO y más de 14 000 puntos de venta. En un entorno totalmente diferente, buen salario, reto, estabilidad… pero el cambio le supo amargo. Cambió las plantas por los zapatos. Las ventas por las operaciones. Liderar equipos con lidiar con reuniones en despachos. Trabajar con españoles por equipos suizos. En aquél cargo faltaba algo ¿qué sería? Fran llevaba muchos años invirtiendo en autoconocimiento y en desarrollar competencias de liderazgo. Se había certificado como coach y por eso pensó que en esta ocasión debía buscar la respuesta en otro lugar. Por ello se decidió a aprender a gestionar su Marca Personal con el objetivo de impulsar su carrera y, además de tener el camino claro de hacia dónde quería enfocar sus esfuerzos, poder contar con un plan de acción. El resultado superó sus expectativas. Pero mejor que lo cuente él mismo, desde Suiza donde acaba de empezar un trabajo nuevo que le apasiona.
¿Quién dirías que es Fran García?
Un apasionado de la gestión del talento y las personas, de llevar equipos y potenciarlos, que es lo que me hace ser yo. Tengo 46 años, nací en Valencia y llevo viviendo en Suiza desde hace ahora 10 años. Actualmente soy Supply Chain Manager en una empresa de calzado, pero me gusta decir que a lo que realmente me dedico es a desarrollar a las personas con las que trabajo y a crear equipos potentes, que es lo que he ido haciendo prácticamente durante toda mi trayectoria profesional, independientemente de que mi puesto haya estado en Ventas, Gestión, Compras o, ahora, en la Cadena de Suministro.
¿Qué te llevó a realizar un programa de consultoría en Marca Personal?
Necesitaba darle un nuevo giro a mi trayectoria profesional. En España estaba muy cómodo, tenía un buen cargo, una buena empresa… pero me fui a Suiza a por nuevos retos. Y al venirme a Suiza a trabajar en un entorno internacional, me tuve que adaptar al entorno, a la nueva cultura social, laboral y empresarial. No fue fácil, ya que yo venía de una cultura empresarial en España en la que se potenciaba mucho el desarrollo y el crecimiento profesional, y cuando llegué a Suiza todo estaba muy limitado en ese aspecto.
Me encontré una cultura más rígida y complicada que hacía que se perdiera mucho talento, y eso me inquietaba. Al principio me adapté a ello, pero sentía que había otra forma de hacer las cosas. Que no podía ser que estuviera derrochando todo este talento dentro de los equipos, tenía que hacer algo. Que yo no solo conocía, sino que además dominaba, y quería poner en valor esa capacidad mía por desarrollar a las personas en el entorno profesional y por optimizar los recursos y los talentos de las personas con las que trabajaba, así que contacté con Arancha para tener un proceso individual con ella para que me ayudara a poner en valor esa pasión y fortaleza mías en un entorno que no era el más propicio. Y fue una experiencia fantástica.
¿Por qué crees que hay cierto escepticismo o prejuicios sobre la marca personal?
La marca personal puede sonar un poco a convertir en marca lo que es un ser humano, y entiendo que, desde ese punto de vista, pueda haber una sensación inicial quizás de incomodidad. Animo a que más que escépticos, las personas sean curiosas. No se puedo ser escéptico sobre algo que no se conoce. Lo mismo con los prejuicios: no le veo la utilidad o el sentido, puesto que soy una persona totalmente abierta a explorar nuevas oportunidades y alternativas. Por mi interés propio al desarrollo profesional y de los equipos, hacía ya años que sabía de qué iba esto de la marca personal, que puede sonar un poco a convertir en marca lo que es un ser humano, y entiendo que, desde ese punto de vista, pueda haber una sensación inicial quizás de incomodidad por el nombre.
Pero más allá de eso, realmente la marca personal lleva existiendo desde siempre, si la llamamos “reputación”. Y en ese sentido me parece fantástico aprender a reconocer y a poner en valor nuestra Marca Personal, o nuestra reputación. Se trata de reconocer quiénes somos, cómo somos, qué aportamos y también qué merecemos, y encajar todo eso en un entorno que nos sea favorable.
¿Qué has aprendido con este proceso? ¿En qué te ha ayudado?
En muchas cosas. Aprendí a ampliar mi mirada, a ver el bosque y no solo los árboles, a darle coherencia a mi trayectoria profesional, a poner foco en mis próximos pasos… a trascender mi necesidad innata de aprender para ponerme, además, a compartir mis conocimientos y experiencias. Y también a consolidar el relato de quién soy personal y profesionalmente: qué aporto, qué resuelvo, en qué destaco, qué quiero, qué entornos me son favorables, etc. Y eso es fundamental a la hora de elegir retos profesionales adecuados a uno mismo, porque pone luz a qué decir que sí y a qué decir que no. Te permite decidir y elegir con mayor claridad.
También me di cuenta de que no hay un destino, sino un camino. A veces nos enfocamos mucho en el entorno ideal en el que desearíamos estar. En mi caso, por ejemplo, ese entorno sería en una organización implicada con la mejora del medio ambiente, con el desarrollo del talento, con unos valores sólidos y con un propósito que trascienda a la organización para dejar un legado a la sociedad, a la vez que se genera rentabilidad y riqueza, por supuesto. Pero precisamente si nos empeñamos en buscar ese entorno tan específico, podemos dejar de encontrar oportunidades magníficas en entornos también atractivos, interesantes y favorables que pueden ayudarnos a desarrollarnos en nuestro camino evolutivo profesional. Así que aprendí a reconocer mejor el camino y las oportunidades que surgen en él.
¿Crees que tu empresa también ha sacado algo bueno de ello?
Totalmente. De hecho estoy convencido de que este nuevo puesto que tengo desde hace unos meses lo conseguí gracias a cómo gestioné la entrevista de trabajo que tuve, y eso lo hice, entre otras cosas, gracias al proceso que tuve con Arancha que me hizo reconocer y poner en valor mis habilidades directivas. Aún me sorprendo de cómo sucedió esa entrevista. Me ofrecieron el puesto de trabajo y yo no tenía del todo claro si quería aceptarlo, por motivos que ahora no vienen al caso. Así que en la entrevista les dije, con total honestidad, que seguramente yo no era la persona adecuada para ese puesto porque yo no conocía la cadena de suministro, y que quizás deberían buscar a alguien con más experiencia que yo. Y añadí: “ahora, si necesitáis a alguien volcado con el desarrollo de las personas, con crear equipos potentes a través de los valores, con potenciar los talentos de cada uno, con incrementar el compromiso de los equipos y con crear una cultura de alto rendimiento enfocada en optimizar procesos y resultados, ese soy yo”. Y empecé a hacerles preguntas por los valores, la
política de desarrollo profesional, la cultura, etc.
Unos días después nos volvimos a reunir y me ofrecieron una oportunidad fantástica, de esas que no puedes rechazar: con un equipo más amplio que el que me habían ofrecido inicialmente y con el objetivo de crear algo potente en la empresa. Si me ofrecieron ese puesto, pese a mi falta de experiencia en él, fue precisamente porque supe poner en valor quién soy, para qué sirvo, qué resuelvo, qué aporto, en qué destaco, etc. Y eso me lo reforzó tener el proceso de marca personal con Arancha. Así que en esas estoy ahora mismo, encantado con esta nueva oportunidad y dando lo mejor de mí mismo a mi empresa y a mi equipo.
Cuando tienes tan claros estos aspectos, sabes qué puedes ofrecer y lo ofreces como un valor extraordinario. Y eso lo reconoce también la otra parte, y ambas partes se pueden beneficiar de ello: no creo que haya nada mejor para nadie que alguien aportando lo que mejor sabe hacer a su entorno, personal y profesional: cuando es así la satisfacción y el rendimiento aumentan considerablemente. Así que ahora estoy en una empresa en la que me han contratado precisamente para que aporte aquello que quería resaltar en mí cuando empecé el proceso con Arancha. Y esto es solo el principio de muchos otros retos profesionales que estoy convencido que llegarán y que irán ligados a mi pasión, mis talentos y mi propósito.
¿A quién le recomendarías el aprendizaje de la Marca Personal?
A muchas personas: a quienes quieran dar un nuevo rumbo a su trayectoria profesional, por ejemplo. A quienes se sientan perdidos. A quienes quieran emprender por su cuenta, a quienes quieran buscar una promoción en su entorno profesional. En general, a quienes no se sientan satisfechos en su puesto de trabajo, especialmente si se sienten desaprovechados y saben que tienen mucho más que ofrecer y quieren ofrecerlo.
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