Según los antropólogos uno de los factores que determinó el desarrollo del Homo Sapiens como especie fue el lenguaje. La capacidad de elaborar ideas de forma mucho más compleja que ninguno de los otros Homo existentes y por supuesto, de ninguna otra especie.
Gracias al lenguaje el Homo Sapiens podía describir, idear, argumentar y coordinar un grupo de sujetos con un fin. Una complejidad que se enriquecía con la imaginación, la capacidad de concebir ideas o conceptos que, a pesar de no existir de forma física les permitiría crear comunidades mucho más grandes y con objetivos comunes.
El Homo Sapiens es capaz de concebir gracias a la imaginación y al lenguaje complejidades intangibles como la existencia de un Dios, el Universo y el funcionamiento de un mercado financiero y convencer a otros para que crean y se comporten en consecuencia.
Una máquina por ahora no.
Cuando pensamos en cómo serán las profesiones en un futuro inmediato tenemos todo el rato la sombra amenazante del desarrollo de la inteligencia artificial y la robótica. Ordenadores y máquinas mucho más eficientes y rápidas que el humano que hasta ahora nos han servido de fieles aliados. Hasta que poco a poco hemos visto que no sólo ayudan sino también sustituyen.
Si un profesional no quiere ser sustituido a corto plazo por un hardware o un software debe volver a los inicios, al mismo aliado que tuvimos para nuestro desarrollo como primates: a la imaginación y a la complejidad del lenguaje.
Una imaginación que elabore ideas nuevas, aporte creatividad y también conmueva con su belleza. Creadores, innovadores y artistas de distintas disciplinas serán insustituibles por ahora.
Un lenguaje que una a personas bajo un mismo fin, que inspire y guíe. Las personas que cuenten con el don de la palabra para conmover, ilusionar y motivar tampoco verán su función evaporada bajo la tecnología.
Hace tiempo leí que estaban desarrollando un pequeño audífono que contendría todas las lenguas del planeta, que sería un traductor inmediato que resolvería de una vez por todas la limitación de los distintos idiomas y que el traductor al uso, e incluso tener que aprender a hablar inglés pasaría a un segundo plano. Recientemente he encontrado este video creado en TED que nos explica que esta hipótesis es todavía muy lejana. El lenguaje sigue siendo una de esas complejidades puramente humanas y que nos prueban una vez más la belleza y singularidad de nuestra mente.
Cuando se pregunten si hay que eliminar de los planes de estudio materias que contribuyan a esa imaginación y a su desarrollo mediante el lenguaje reflexionen antes si quieren sabotear las dos características que hicieron posible el desarrollo de nuestra especie.
Si talamos el árbol de la sabiduría dejaremos a nuestros hijos sin sombra.
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Están pensando en eliminarla de los planes de estudio y no podemos permitir esta aberración. Si quieres saber más lee https://www.historiasdecracks.com/2015/10/salvemoslafilosofia/