Recientemente Coca-Cola está vendiendo latas que tienen impreso nombre de personas
Coca-Cola nos invita a compartir una Coca-Cola con nuestros amigos y nos anima a personalizar las latas con los nombres que escojamos.
Claramente Coca-Cola tuvo que leer el libro de Dale Carnegie «How to Win Friends and Influence People«. Está considerado el primer libro que que difunde los resortes de la influencia social, con consejos para influenciar positivamente a las personas. Uno de esos principios de influencia es: «Llama siempre a tu interlocutor por su nombre». Carnegie decía que el nombre era la palabra más dulce que una persona puede escuchar en labios del otro.
Obviamente Coca-Cola se leería el libro entero donde también hablaba de reciprocidad y afinidad. Si regalas a alguien una lata de Coca-Cola con su nombre no sólo le halagas al extremo sino también creas con él la necesidad de compensación por el principio de reciprocidad. O que sientas una sensación cálida de amistad cada vez que veas una Coca-Cola, porque te recuerde a tu amigo y al detalle que tuvo contigo.
Hasta aquí aprendemos de Coca-Cola a cómo influir a otras personas asociando nuestra imagen a un sentimiento positivo y a la reciprocidad.
Pero Coca-Cola saber además hacer de ello toda una historia de éxito en Marketing. Sabe contarlo.
No sé a vosotros, pero a mí casi me pasa desapercibida la lata con el nombre. Estaba comiendo con una amiga y de pronto nos fijamos y decimos ¡vaya, qué idea!. Esa reacción fue fría, casual y creo que muy lejos de lo que hubiera uno podido esperar Coca-Cola. Pero resulta que yo conocía cómo se había gestado esa campaña de Marketing, pues había visto el video de su desarrollo en Australia donde Coca-Cola se enfrentaba al hecho de que casi 50% de la población joven nunca había probado una Coca-Cola.
Si véis el video que muestro a continuación, entenderéis mi sorpresa cuando no ví una larga cola en el supermercado con la intención de personalizar su lata, ni tampoco vallas de neón con el «Share a Coke with Pepito». El video cuenta la campaña de tal manera que resulta un éxito apoteósico, una explosión de buen rollo, un movimiento social nunca visto.
Si no puedes ver el video clicka aquí
En España yo no ví nada igual. Ni en el puesto de Coca-Cola ni tampoco en el de Nutella que está lanzando en paralelo una campaña similar.
La conclusión de este artículo es: se puede ser bueno, pero si eres un mago del marketing como Coca-Cola y sabes contarlo, el efecto de aquello que hagas se verá aumentado.
Cuenta lo que sabes hacer, cuéntalo bien. Usa las herramientas que tienes a tu alrededor. Conviértelo en una historia que todos tengan ganas de contar. Multiplica su efecto, alarga la vida de las acciones que realices. Aprendamos de la Coca-Cola a hacer marketing y dejemos huella con nuestra marca personal.
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