Cuando decimos que todo el mundo tiene un talento -o más de uno- hay mucha gente que se queda desubicada. Es curioso, pero algo que falta mucho en nuestra sociedad es el auto conocimiento. La pregunta más habitual que recibo a diario es, precisamente, la base de todo lo que hablamos aquí: ¿Cómo descubro mi talento? ¿Cómo puedo saber qué carrera profesional quiero seguir si aún no sé cuál es mi talento? ¿Y si no tengo ninguno? Y un largo etcétera relacionado con lo mismo. La respuesta a esta pregunta es que SÍ, si que tienes un talento porque todo el mundo es bueno y apasionado en algo. Y para descubrirlo, la práctica de la Marca Personal proporciona un ejercicio de autoconocimiento increíble para que te hagas las preguntas adecuadas para encontrar las respuestas que deseas.
Empecemos por el principio. EL TALENTO ES ACCIÓN. Una persona puede intuir o saber que tiene una serie de competencias porque, por ejemplo, si tiene una competencia lingüística se da cuenta de que se comunica con facilidad; o si tiene una competencia matemática seguramente verá que tiene una gran capacidad de cálculo, por ejemplo. Pero esto no quiere decir que aunque tengas esta competencia, cuando tengas un problema matemático delante o tengas que expresar una idea, siempre te vaya a salir muy bien o que este sea tu mayor talento.
¿Cómo descubro mi talento?
La manera que tienes de saber cuál es tu mejor talento es enfrentarte al problema y superarlo. Digamos, en el caso de los ejemplos que hemos puesto antes, sería enfrentarte al problema de cálculo y resolverlo. Es imposible saber si lo podrás hacer sin probar: es imposible saber nada sin pasar a la ACCIÓN.
Tenemos esta tendencia o necesidad de querer definir el talento antes de ponerse a caminar. En este sentido, existen muchos tests psicotécnicos y de personalidad que hablan de competencias, y te calculan por ejemplo los coeficientes intelectuales, o te definen el tipo de personalidad, etcétera. Te calculan también lo que llamamos Big 5, si eres una persona más abierta a la experiencia, o con más capacidad empresarial u orientado a la ayuda social.
El caso es que queremos saber cuáles son nuestras competencias y nuestras cualidades porque esta formulación nos ayuda a ganar confianza, y si alguien quiere saber cuáles son las competencias puede hacerse un test. Ahora bien, tener estas competencias no significa que tengas un talento ahí o lo que exactamente el mercado de trabajo llama talento.
¿Qué es el talento?
En términos de mercado de trabajo, llamamos TALENTO a la combinación única de competencias que son muy valiosas en un contexto determinado. Entonces, como decimos muchas veces, la carrera profesional no es un destino, es un camino, por lo tanto si tú quieres saber cómo puede ser tu carrera profesional, elige primero teniendo en cuenta estas competencias apoyándote a orientadores y haciendo un test, y busca disciplinas que sean afines a estas competencias. Pero no consideres nunca que como empiezas esta carrera profesional será determinante en cómo la continúas y en cómo la acabas.
Conforme vas avanzando, vas adquiriendo y desarrollando competencias que para ti eran desconocidas, y vas descubriendo que en algunos momentos lo disfrutas a base de mucho practicar y esforzarte. Y de repente te encuentras en una situación profesional que te llena y te realiza. Y por otro lado, te puede ocurrir que dedicándote a algo para lo que tengas una competencia innata, luego te puede llegar a aburrir o a no emocionar.
Entonces, yo diría: Si quieres saber cuáles son tus competencias y quieres adquirir de nuevas, apóyate en tests, prueba cosas o fórmate. Si quieres descubrir cuál es tu talento y tu carrera profesional, haz cosas, prueba cosas, haz muchos procesos de selección, acierta en unos y equivócate en otros. Y poco a poco, con cada paso profesional, aprende qué sí y qué no. También os aconsejo leer El Mapa de tu Talento, para profundizar sobre todo esto y para aprender a construir una coordenadas para acertar con mucha movilidad aunque suficientemente concreta para no dar vueltas innecesarias ni meterte en ubicaciones incorrectas.
Una historia real
Ya sabéis que para mí, los ejemplos e historias reales son mejores que la teoría para entender de qué estamos hablando. En este caso, os dejo aquí la historia de Susana. A modo de introducción, os cuento: Susana me encontró por internet buscando una salida a una situación laboral que no le llenaba. Su vida no era fácil y no lo había sido hasta entonces, nunca se había priorizado hasta que en un momento dado entendió que si, por una vez no lo hacía, no llegaría nunca a ser feliz y a sacar todo el partido a sus altas capacidades. Lo hizo.
La historia de Susana: el crecimiento implica esfuerzo
Ahora, Susana ha conseguido la vida que quería, o, por lo menos, progresar en ella. Susana tuvo el valor de mirar dentro suyo, de buscar, de aprender sobre ella misma, de enfrentarse a sus traumas y a sus debilidades para salir más fuerte, más líder de su vida, más preparada y más segura de qué camino quería tomar.
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