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¡Buenas noticias! En Historias de Cracks estamos muy emocionados de presentaros una nueva sección. Entrevistamos a profesionales que han aprendido a gestionar su marca personal para que nos cuenten para qué les ha servido a ellos/as y cómo lo han hecho. Nos estrenamos charlando con la talentosa Cristina Jaramillo, abogada y coach experta en compliance. Desde Ecuador, Cristina nos cuenta cómo la gestión de la marca personal la ha ayudado a llevar su carrera profesional al siguiente nivel y crecer a nivel personal por el camino.

Si prefieres ver las mejores reflexiones de Cristina Jaramillo en vídeo, pincha abajo!

P: Descríbete… ¿quién es Cristina Jaramillo? 

R: Por mucho tiempo me confundía la parte de presentarme porque considero que tengo muchos roles. Soy abogada, coach y experta en compliance. Pero para mí una parte muy importante del quién soy es el ser mujer, esposa y mamá. Así que cuando decía «soy abogada» sentía que me reprimía, me metía en una caja estrecha y no podía salir. Y desde ahí que no me gusta presentarme como abogada… a los abogados les gusta mucho decir que son «el abogado X» o «la doctora Y», pero a mí me gusta decir «soy Cristina Jaramillo» porque siento que mi nombre de alguna manera me da las alas y la libertad para encaber todos mis roles e incluso para englobar algunos que todavía no he descubierto.

P: ¿Qué has descubierto sobre ti?

R: Trabajando en el desarrollo de mi marca personal, una vez Arancha Ruiz me dijo que tenía una personalidad exploradora y que esa era una de las razones por las cuales este tema de las etiquetas y los títulos me incomodaban. Esto era algo que yo no había visto y a veces me sentía rara pensando qué mal que no puedo sentirme cómoda diciendo solamente «soy abogada». Entonces, esta idea de que soy exploradora me dio muchisima tranquilidad e incluso un poco de orgullo.

P: ¿Por qué orgullo?

R: Porque en algún momento de mi carrera me dijeron que yo era inflexible, que como abogada era súper rígida y desde entonces empecé a trabajar mucho mi flexibilidad. Y el sentirme exploradora a mis 40 y pico de años es algo que me da orgullo en cuanto a mi personalidad. Y en esta locura que es la exploración, el trabajar la marca personal para mí fue un antes y un después. Hice el click diciéndome «vale, blinda tu personalidad exploradora pero no podemos confundir al público con todas las ideas que tienes». Por tanto, para mí, trabajar la marca personal me enseñó a delinear el camino para organizar mejor mis ideas, mi oferta y que asi el público y la gente pueda identificarme con los roles que quiero enseñar en mi oferta profesional. 

P: ¿En qué momento decidiste que invertir en marca personal podía ser algo bueno para ti?

R: Decidí invertir en mi marca personal cuando estaba independiente (freelance), pero en este momento no me sentía independiente, me sentía sola. Hasta este momento siempre había formado parte de organizaciones, trabajé en una multinacional, en un estudio jurídico, etcétera; siempre había formado parte de algo más grande. Y me di cuenta que formando parte de algo así era fácil no invertir en tu marca personal y era fácil culparle al mundo que tu nombre y tus talentos no estaban brillando, diciendo «ay es que mi jefe no se da cuenta de todo lo que soy capaz de hacer» o «es que la empresa no ve que yo puedo tener un cargo más alto», etcétera. Cuando trabajas en una organización es fácil responsabilizar al otro de tu desarrollo, pero cuando estás independiente es el momento de la verdad. En realidad, la única persona que tiene que invertir y creer en ti eres tú mismo. Y fue en ese momento que una colega mía me introdujo en el mundo de la marca personal y me prohibí ponerme más excusas. Además estamos en un mundo en el que si no estás en redes y no desarrollas tu marca, no existes. Si estoy independiente, si quiero lanzarme a emprender, tengo que hacerlo fortaleciendo mi oferta.

P: ¿Cuáles eran tus miedos?

R: Creo que por mucho tiempo tenía miedo de entrar en un estereotipo de arrogante o sobrada o narcisista, pero en realidad no era eso. Más bien estos paradigmas me estaban frenando a hacer oferta. Cuando trabajé mi marca personal una de las cosas más lindas que descubrí fue que no sólo se trata de mis habilidades y mis intereses, se trata de lo que necesita el mundo. Esto es algo en lo que Arancha Ruiz insiste mucho. En que la marca personal sirve para colaborar. Y cuando logré linkear esto, ahí se me liberó por completo la idea del narcisismo y fue un «sí, eso quiero: presentar mis fortalezas e intereses para hacer un bien a la sociedad». Sigo trabajando en mi marca personal hoy en día, no es un proceso finito, es un proceso a largo plazo, pero ahora lo hago no desde el servicio a mí y a mi ego sinó desde el servicio a las personas que sé que puedo ayudar con lo que yo hago.

P: Justamente el narcisismo es una de las críticas más fervientes que recibe la marca personal. ¿Qué le dirías a alguien que piensa así?

R: Le diría que le entiendo, vivimos en una sociedad [aquí en Ecuador y Latinoamérica] que desde pequeños nos enseñan a tener un bajo perfil. En la escuela no nos enseñan a sobresalir, nos enseñan a estar callados, educados y ordenados. Una cosa muy chistosa es que cuando se tiene que elegir el presidente del curso o el delegado, primero tú no puedes postularte, sino que otro debe proponerte a ti. Y luego, en la votación, está mal visto que tú votes por ti mismo. Tienes que votar por otro aunque creas que tú podrías hacer un buen trabajo y que tienes dotes de líder, pero a los ocho años te enseñan que esto está mal. Y esto se repite año a año, y con muchas otras cosas. Por lo tanto entiendo que cuando somos adultos tengamos la sensación que invertir en marca personal se sienta egocéntrico y narcisista, porque nos criaron con el bajo perfil.

Lo que les diría es que esto es una creencia, un paradigma, la mejor herramienta que uno puede tener en la vida para ser exitoso es creer en uno mismo, quererse, valorarse y confiar en sus habilidades y sus fortalezas. La marca personal es un simple ponerse al servicio de otros. No se trata de ponerte al servicio de tu ego, sino de esa otra persona que se va a beneficiar de esto que tú puedes ofrecer. Les diría a todas esas personas que debemos cambiar el paradigma en el que ‘postularme es servirme a mí’ cuando en realidad ‘postularme es creer en mí pero servir al otro’. Es un acto de generosidad.

P: ¿Qué es lo más importante que te ha enseñado la marca personal?

R: Lo más importante que me ha enseñado es el hecho de creer en mí misma, porque yo soy la única responsable de mi marca personal y eso se va a trabajar en tanto en cuanto yo le ponga ganas, tiempo e interés. Por otro lado también me ha ayudado a organizar mi ser exploradora de una manera clara.

P: ¿Y cómo lo organizas?

R: Tengo muy enfocados tres intereses míos: inteligencia emocional, abogacía y compliance. Gracias a la marca personal aprendí a valorar cuáles son mi fin y cuáles son mi medio, mi herramienta. Mi fin es construir un compliance más cercano, con más cultura de integridad, construir una abogacía con más habilidades socioemocionales y mi cómo, mi instrumento, es mi inteligencia emocional, mi ser coach. Organizar estas tres ideas me permitió escribir de manera más fácil, redactar mejor mi perfil, encontrar puntos para mejorar mi oferta.

También me ayudó a identificar mis motivadores, qué es lo que me estaba moviendo y qué no, y trabajar en ello. Otro tema importante es cómo redactas para que la gente te entienda, no para que tú te sientas tranquilo. Mi formación de abogada me hacía tener una redacción muy estricta, y aprendí a flexibilizarme un poco, a redactar para que lo entienda el cliente. Esto me ha ayudado a redactar mi perfil de una forma más cálida y cercana, y es algo que sigo revisándolo día a día. Pero de eso se trata en el fondo, yo veo la marca personal como un camino infinito y la verdad es que lo disfruto.

P: ¿Cómo ha mejorado tu vida profesional con la marca personal? 

R: Estamos todavía en un momento complicado por la pandemia, pero sí que me ha aportado clientes. Sobretodo he trabajado mucho en mi imagen y mi reputación, me ha permitido explotar mi capacidad de brindar conferencias y charlas, no solo a nivel local sino a nivel internacional. Pero en realidad es difícil darse cuenta… Vivimos en una época en que estamos encerrados en casa, yo vivo aquí con mis hijas y trabajo desde casa y no te das cuenta de qué estás sembrando o cosechando.

Te pongo un ejemplo: Actualmente me encuentro lanzando una especialización en compliance y anticorrupción con la universidad y hago entrevistas uno a uno con muchos de los candidatos, y me he encontrado con muchos candidatos que ya saben quién soy, que me siguen en redes o me han visto en conferencias. Con esto no quiero decir que sea famosa ni nada de eso, quiero decir que siento que me estoy acercando a la gente, que a pesar de mi encierro por la pandemia, siento que estoy cerca de ellos. Me hace pensar que tal vez todos estos mensajes que pongo en redes que a veces pienso que los digo al aire, tal vez sí están llegando. Por el momento esto es lo que estoy cosechando. El número de seguidores sí ha crecido pero no lo quiero medir desde ahí, lo mido desde esta sensación de que estoy teniendo una buena recepción de contenidos y que la gente los consume y les gusta. Me gusta pensarlo como un acto de generosidad y de servicio.

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