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elegir una carrera

¿Eres joven o tienes un hijo/sobrino/primo de entre 15 y 25 años que todavía no sabe cuál es su talento o le está costando encontrar su camino? Elegir una carrera no es fácil.

Es muy normal que los jóvenes sientan mucha presión y estén incluso abrumados. Creen que tienen que saber qué camino tomar, o que deberían sentir ya una vocación clara, y sobre todo  tienen miedo de equivocarse al elegir una carrera profesional y que ese error les persiga el resto de su vida. Sin embargo, ¡hay que tranquilizarlos! Animarles a que prueben rutas diferentes para saber qué les gusta y qué no. Hasta que lo prueban, es imposible saberlo. 

Imagínate por un momento que vuelves a ser un bebé. Tu rutina se repite y es igual cada día: te despiertas, comes, duermes, vuelves a despertarte, vuelves a dormirte, alguien te cambia el pañal y lloras cuando algo te molesta. Entonces llega tu momento favorito del día. Alguien te prepara una rica papilla de frutas para merendar. Imagínate que entonces, de repente, mientras la saboreas, te hacen la siguiente pregunta: “¿Cuál es tu fruta favorita?”. No sabrías qué responder, ¿verdad? ¿Cómo saber elegir algo de lo que puede que no sepas ni su existencia, ni su nombre y mucho menos su olor, sabor o textura. Imagínate que esa persona te insiste en que elijas una fruta, con la advertencia de que sólo podrás alimentarte de ella durante el resto de tu vida. ¿No llorarías?

Este es el tema que trataremos hoy. Lo difícil que es elegir algo cuando no lo has probado y del que el otro día grabé un pequeño video que podéis encontrar en mi perfil de Instagram

Hay muchas frutas que no conoces

Sabías que… 

Según la Wikipedia, ¿existen un total de 350 frutas en todo el mundo?

Sabías que…

De media, ¿conocemos aproximadamente sólo 20 de esas frutas? 

El resto, ignoramos completamente su existencia.

Si ni siquiera una persona de 50 años, que ha viajado por todo el mundo, conoce las 350 frutas, ¡Imagínate un joven de 15 o 20 años!

Probar y saborear te ayudará a comparar

No hay mejor manera de saber si algo te gusta o no que hacerlo. Si queremos ayudar a los jóvenes a encontrar su vocación y dar sus primeros pasos para elegir una carrera profesional, tenemos que darles un trabajo para probar y un espacio para equivocarse. Hace años, los países africanos iniciaron una campaña en la que pedían que les ayudaran a “emanciparse”. Lo resumían con esta extraordinaria frase: “Give Me Trade, No Aid”, y me parece que aplica fenomenal para los jóvenes también.

Se me ocurrió grabar este video porque una amiga mía me contaba lo angustiada que estaba su hija sintiendo que la presión de la elección se le acercaba. Mi mensaje para ella fue… ¡Que no cunda el pánico! Es imposible saber qué te gusta antes de probarlo. Y mucho menos hacerte elegir un camino cuando ni siquiera sabes que existe. Cuando me piden que identifique el talento de una persona, siempre les digo que hagan primero algo. El talento es como la creatividad, necesita de una acción (la palabra, la plástica, el movimiento) para ser tangibilizado. 

En este antiguo post hablaba sobre orientación vocacional para jóvenes y compartía con vosotros algunos ejemplos que considero extraordinarios –por poco común- que sí que lo han logrado, como la doctora Blanca López Ibor, oncóloga infantil que con menos de diez años supo reconocer su curiosidad médica al sostener a uno de sus hermanos pequeños entre sus brazos. Cuando la conocí, era la responsable de oncología infantil del hospital Monte Príncipe de Madrid. O a mi hermano Salvador Ruiz Bachs, a quien desde joven recuerdo jugando entre los tomos de derecho de mi padre y que hoy es un afamado especialista en derecho financiero y socio del prestigioso bufete inglés Allen & Overy.

Estos ejemplos son extraordinarios, y además pertenecen a carreras cuyo origen y destino están delimitadas con nítidas líneas (como el derecho, la medicina y la arquitectura). El resto son trayectorias profesionales orgánicas que se mezclan y se alejan, se difuminan y se cruzan. ¿Cómo se puede encontrar una vocación en un entorno tan incierto, en el que sólo se sabe el punto del que se sale y a veces ni eso?

Sin embargo, todos “tratamos de ayudar a los jóvenes” para que encuentren rápidamente su vocación con charlas, asesoramiento y vídeos inspiracionales cuando honestamente creo que con ese “encuentra cuanto antes tu vocación” no hacemos sino aumentar su frustración y su angustia. Vamos, que estamos echando una mano… al cuello.

Tenemos que enseñarle a nuestros jóvenes el valor de probar cosas y atreverse para conocerse. La vida es muy larga, y la carrera profesional también. De hecho, la carrera es un camino lleno de aprendizaje, donde el talento se pone en marcha con la práctica, y donde los errores son igual o más necesarios que los aciertos. 

Tenemos que decirle a los jóvenes que no pasa nada si se equivocan. Que el camino no es recto, sino que tiene baches. Y que las dificultades, los retos y los errores nos permiten crecer y aprovechar mejor las oportunidades.

A continuación, os dejo con algunos consejos para que los jóvenes que me leéis (o los padres, tíos u otros familiares) conozcáis y pongáis a prueba ese talento:

3 consejos para jóvenes que quieren elegir una carrera profesional

  1. Prueba o invita a probar para encontrar el camino. Para poder comparar y decidir con criterio, antes debes conocer y saborear todas o muchas de las opciones posibles. Quizá ya has podido ver o tocar muchas frutas distintas en tu casa o en la frutería, pero hasta que no las saborees de verdad, no podrás decidir si te gustan o no. Probar y saborear muchos caminos profesionales te ayudará a encontrar el tuyo. 
  2. No te obligues a elegir una carrera profesional tan rápido. Durante tu camino profesional, vas a poder probar muchas frutas, y cada una de ellas te aportará algo nuevo. Ábrete a incorporar lo mejor de cada una de ellas y quédate con lo que más te aporte: su sabor, su aroma, su color, su textura… Incluso mezclarás frutas y… ¡Acabarás haciendo macedonia!
  3. Desafía para salir de tu zona de confort. Muchas veces, en casa, tus padres o tu entorno familiar ya te da una fruta determinada sin tú pedirla. Incluso te la sirven en un plato, cortada y sin piel para que no pongas excusas y te la comas. Está bien que te guíen, pero no te comas lo que te dan sólo porque te lo dan. Prueba, cuestiona y compara con criterio. Al final, la decisión final y el rumbo del camino los tomas tú. Tus padres te quieren y querrán que estés bien alimentado. Si decides hacerlo con una fruta distinta de la que ellos han pensado para ti, no temas decirlo abiertamente. Llegado el momento, todos hemos dejado el nido buscando nuestro propio camino. 

Todas las personas tienen un talento. Eso sí, para saber en qué disfrutamos más, en qué somos buenos y dónde funcionamos mejor, tenemos que poner en acción ese talento. Y también poner ese talento en un entorno concreto. 

Dejemos que nuestros jóvenes prueben muchas frutas para que tengan criterio para escoger. El momento para aprender y explorar es ahora. No nos obsesionemos con hacerles elegir una carrera profesional desde el inicio. Animemos a probar, a arriesgarse y a perder el miedo a los errores. Porque gracias a ellos, aprenderán a recorrer con pasos firmes sus siguientes etapas vitales y a encontrar la dirección acertada.

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