“Hay carreras directas y carreras indirectas: las más comunes son las segundas”
Siempre hay historias que se te clavan de una manera especial. Dicen que uno aprende de los errores, pero también se puede aprender inspirándose en los triunfos. Y yo tengo que reconocer la satisfacción de que estos últimos son la mayoría.
Hace muchos años, acudió a mí una profesional que buscaba una estrategia para desarrollar su marca personal, quería trabajarla para encontrar empleo. Hacía casi un año que había regresado del extranjero, volvía de una posición de gran responsabilidad en una empresa multinacional, y en su regreso a España no acababa de encontrar nada que le encajara.
Claramente, la industria a la que se dirigía no era la misma en España que en aquel país, y por lo tanto, sus características no encajaban del todo. Algunos incluso dirían que estaba sobre-cualificada. Durante esos meses, había hecho todo lo típico de la búsqueda de empleo: había contactado con headhunters, hablado con amigos y conocidos, había acudido a los portales de empleo, hacía seguimiento… pero todavía no había obtenido ningún resultado.
Finalmente, pensó que trabajar en una estrategia para desarrollar su marca personal le podía ayudar por tres motivos: en primer lugar porque quizá no sabía explicar su propuesta de valor, en segundo lugar porque quizá no había sabido crear la red adecuada de aliados y por último por si no había sabido identificar su diferenciación, es decir, aquello que sí podía aportar.
Me parece muy importante destacar que la marca personal ayuda a encontrar trabajo pero no es su finalidad. El objetivo principal de la marca personal es ayudar a construir una estrategia de talento a largo plazo. Definir un mensaje de propuesta de valor cuyas líneas argumentales permanezcan constantes en el tiempo, y cuya caracterización de las audiencias interesadas en ese talento también esté bien definida: por afinidad, proximidad y un interés perdurable. Los empleos son un vehículo del talento, no su finalidad. La finalidad ese ofrecer soluciones a problemas con las habilidades diferenciales de cada profesional.
Líneas de dirección, esenciales en la estrategia para desarrollar una marca personal
Los empleos se suceden en la carrera profesional. Solo los proyectos aparecerán y desaparecerán, pero la estrategia de talento debe mantener siempre sus grandes líneas de dirección, porque es lo que hará que ese talento realmente tenga una carrera de éxito. A veces hay proyectos incorrectos que están en la línea correcta, que ayudan a comprender qué sí y qué no, y que aunque no sean cien por cien ideales, alimentan el talento, lo fortalecen y ofrecen herramientas para los pasos siguientes. Sin embargo, he de confesar que como consultora, también me gusta tener la sensación de que acierto. Es una confesión muy personal y que reconoce un punto de ambición, de orgullo profesional, que es lo que me mantiene obsesionada con la calidad día día.
Cuando esta persona me planteó el caso y lo analicé, llegué a la conclusión de que su talento se desarrollaría mejor en una organización en la cual pudiera ocupar un papel de equipo, porque era una persona muy colaborativa y con una gran vocación de servicio. También que tenía una profundidad técnica que solo sería valorada en empresas que tuvieran una gran complejidad en ese campo, tenía que estar en la primera división. .
Esa complejidad también podría encontrarla en un despacho o consultoría, resolviendo los casos de los clientes que acudieran a por asesoramiento experto. Pero esa opción, válida en cuanto a la función, sería un gran error estratégico para su talento. Para su nivel de experiencia, la posición que ocuparía sería la de un socio o asociado, cuya obligación dentro de la organización es no solo resolver cuestiones técnicas, sino también atraer clientes. Esta profesional tenía muy poca orientación a la venta. Probablemente, en esa organización no apreciarían tanto sus ideas brillantes, y en cambio sí le exigirían que cumplieran con su cuota de atracción de clientes. Y para esta persona, que llevaba tantos años fuera de España, con poca red nacional y con pocas habilidades de venta, sería un reto de alto estrés y poca satisfacción profesional.
Repetición, la clave para que funcione una estrategia de marca personal
Construimos un mensaje y una estrategia de marca personal orientada a una gran organización que tuviera el tipo de asuntos que esta persona podía resolver, y donde podría encajar como un guante. A partir de ahí, como la marca personal necesita repetición, esta profesional se llevó junto a su informe de marca personal la tarea de repetir su mensaje a sus audiencias clave..
Tan solo dos meses más tarde, recibí noticias suyas: me escribió para comunicarme que había encontrado trabajo en una firma de consultoría, justo lo que yo le había indicado que podría no ser su mejor entorno. Yo no supe qué decirle. Preferí guardarme mi opinión. ¿Quién iba a ser yo para decirle a una persona que está buscando trabajo que no aceptara una oferta que tenía delante? Lo entendí perfectamente, porque la necesidad a veces hace elegir rutas alternativas que no son totalmente perfectas.
Aun así, le pedí por favor que continuara con su estrategia, que siguiera comunicando su perfil de gran profesional de equipo y que su entorno ideal sería el de una organización internacional con esa complejidad, donde ella pudiera convertirse en un gran número dos. Y rezar para que lo siguiera haciendo.
Entonces pensé que quizá podría estar equivocada. EL «por qué no» tan común que hace revisar y cuestionar una y otra vez todo el proceso de decisión. El eterno dilema entre lo posible y lo probable. ¿Era acaso absolutamente imposible que esa persona encontrara en un entorno de consultoría con objetivos de venta un lugar donde realizarse profesionalmente? Yo me sentía incapaz de afimar rotundamente que era imposible, porque siempre hay margen, por muy pequeño que sea, para el «quizás». Ahora bien, yo creía que era improbable.
El tiempo nos dió la razón a las dos. Aquella persona entró trabajar en aquella firma de consultoría, y permaneció en ella el tiempo que necesitó para encontrar su mejor entorno, que le llegaría seis meses más tarde. Seis meses durante los cuales obtuvo un salario y pudo comprobar en su propia piel que aquel entorno era verdaderamente tóxico para sus capacidades. Y aquella persona, durante aquellos seis meses, siguió repitiendo su mensaje, siguió construyendo su marca personal, hasta que finalmente se incorporó en una gran multinacional que era idónea en el rol que mejor le encajaba. Donde lleva desde entonces y me consta que muy realizada.
“Recuerda que la carrera profesión no es un destino, es un camino”
Existen caminos directos que conducen al éxito profesional, pero solo se dan en determinadas circunstancias. Y existen caminos indirectos que conducen al éxito profesional, que son los que recorremos la mayoría de las personas porque no nos queda más remedio que adaptarnos a las circunstancias que nos toca vivir. Hay que aceptar errores parciales o pasos parcialmente correctos que nos puedan permitir saltar a donde realmente queremos, a nuestra mejor ubicación profesional.
En ocasiones uno encuentra el camino acertado a la primera, y otras tiene que seguir intentándolo, para encontrarlo en una segunda o tercera. De cada etapa deberá extraer el mejor aprendizaje, aquello que le sirva en las etapas sucesivas. Apoyarse en consultores de outplacement o de marca personal ayuda. Apoyarse en libros que inspiren y den herramientas también. Y lo que más puede ayudar, por encima de todo, es la confianza en tus propias capacidades, la visión sobre cuál es el mejor lugar para tu talento, la persistencia para superar las adversidades y la colaboración de sus aliados clave.