¿Cuál es tu vocación?
Esta era una pregunta terrible. Y lo sigue siendo. Casi te diría que ahora es peor. ¿Cómo saber en qué quiero convertirme si no sé cuales son las opciones? Si las carreras cambian, las empresas mutan, los empleos aparecen y desaparecen…
La solución es muy sencilla. En lugar de fijarte en una vocación o empleo, haz una buena lista de rol models.
La importancia de tener un modelo a seguir
Llevo mucho tiempo pidiendo a mis alumnos un ejemplo de marca personal para conocer cuáles son sus rol models.
Siempre comienzo con una pregunta genérica:
“Di un ejemplo de marca personal que te parezca inspirador”.
Y luego, pregunto específicamente:
“Si no has nombrado ninguna mujer en la pregunta anterior, por favor indica una”.
Son muchos, tanto hombres como mujeres, los que tienen que completar la segunda pregunta. Esto se debe a que los ejemplos que habían dado eran sólo de hombres.
Tener modelos en los que fijarse es imprescindible para marcar un camino profesional. No me refiero sólo modelos que hayan conseguido lo que popularmente se cree que es el éxito (mucho dinero, poder y fama), sino también a personas que son como uno mismo y que logran superar trabas e inseguridades para alcanzar metas que se han fijado.
El otro día, un alumno de un programa que impartí con el IE Business School en Canarias dijo: “yo considero a Amancio Ortega un rol aspiracional, querría llegar a ser -en una escala más pequeña- su igual”.
Algunos colegas de clase bromearon, pero otros comprendieron perfectamente su planteamiento. Él se fijaba en el Amancio emprendedor, organizador brillante y con vocación de exposición baja. Ese que logró que su negocio tuviera mucha marca y que delegó después en un equipo gestor.
Los rol models ayudan a definir una dirección y alcanzar la realización profesional
Hasta hace relativamente poco, Peter Druker, Eduard Punset o Erasmo de Rotterdam eran para mí grandes modelos de inspiración. Luego empecé a incluir en mi lista a mujeres: Jean Austen, Virginia Wolf, Charlotte Brönte. Un día me dí cuenta que todos mis rol models estaban muertos -o ya eran muy mayores- y ninguno de ellos se dedicaba explícitamente al “talento”. Con ese panorama… ¿En realidad estaba creando sueños profesionales incalcanzables?¿Utopías?.
Vi el peligro de poner ejemplos demasiado alejados de la realidad, de MI realidad y decidí hacer un esfuerzo por concretar. Volví a hacer una lista en la que en lugar de “personas admirables” puse como criterio “personas cuyo trabajo sería para mí el ideal”.
Incluí a Amy Cuddy, Adam Grant, Herminia Ibarra y Malcolm Gladwell entre otros. Ver sus nombres en el papel me ayudó a identificar lo que tenían en común. Y lo que no había también. En mi lista no estaba Amancio Ortega ni Ana Botín. No había ni un empresarios ni un directivo. Todos eran pensadores, investigadores, personas del mundo académico, escritores y divulgadores. También consultores, pero cuyo trabajo se basaba en su propio método. Me ayudó a establecer una dirección, comprender mejor mis aspiraciones y no desviarme de mi camino.
El otro día con un cliente de Career Advisory pasó todo lo contrario (además de consultoría de marca personal realizo orientación profesional como career coach). Y no me refiero a que sus rol models estuvieran muertos. Simplemente no tenía -o no quería tenerlos-. El motivo era muy distinto. Sufría lo que yo llamo “el síndrome del explorador”: una adicción al aprendizaje constante. Los rol models para él no eran una ayuda para establecer una dirección. Eran una limitación.
Teniendo un rol model podría darse la circunstancia de llegar a ello. ¿Y luego qué? Cuando no tienes una meta, tampoco puedes llegar a ella. El camino es infinito. Para lo bueno y para lo malo. Lo bueno es que nunca hay techo, siempre se puede aprender más, explorar más. Lo malo es que nunca estás satisfecho, nunca puedes saborear las mieles del triunfo. La insatisfacción es una constante profesional.
Iniciativas que visibilizan rol models
Aparte del “síndrome del explorador”, uno de los principales motivos por el que las personas tiene dificultad para concretar sus rol models es que no saben quiénes son. Parece mentira, pero es verdad.
Antes, el problema es que no se sabía quiénes eran o que sólo se prestaba atención a unos pocos. Y he de decir que siempre masculinos (la incorporación de la mujer a la esfera pública ha sido muy tardía).
Los que eran visibles se veían una y otra vez beneficiados por el llamado “efecto Mateo”: el que tiene, recibe más y el que no tiene, menos. Cuando preguntamos a una audiencia que nombren un actor o actriz, en un 95% de las ocasiones dicen una estrella de Hollywood. Casi parece que no hay espacio para los artistas locales, que se ven arrinconados por el fulturante destello de personas que trabajan en una industria con muchísimos más medios.
El tener modelos ayuda a creer que SÍ SE PUEDE, especialmente si son personas similares a uno mismo alcanzando retos increíbles. Un buen rol model de valores es Rafa Nadal. Se puede aspirar a ser humilde en los logros y saber que el esfuerzo continuado lleva a recompensas. En el ejercicio de la medicina, un rol model podría ser el médico de tu centro de salud, el jefe de la unidad de servicio de un hospital o un especialista con una consulta de gran prestigio. Los tres pueden representar actividades y metas muy diferentes, todas muy interesantes según las aspiraciones de cada persona.
Tuve la oportunidad a través de Maria Lizarraga de conocer una buenísima iniciativa para visibilizar rol models. Se trata Mujeres a seguir, el proyecto de Esther Valdivia.
Es un gran proyecto por dos razones. La primera porque son necesarias iniciativas en el segmento femenino que, como indicábamos antes, ha sido menos visible durante muchísimo tiempo. Y, en segundo lugar, porque los ejemplos no son sólo de mujeres que han llegado, que podrían resultar inaacesisble e inalcanzables, sino que se fija en aquellas que están en camino y representan mejor a la mujer media y a sus sueños y aspiraciones.
Un detalle más. No es una revista femenina que sólo acude a una audiencia femenina. Al igual que nosotras hemos usado (y nos hemos beneficiado) de rol model masculinos durante mucho tiempo, ¿que tal si también lo hacemos al revés?
Convertirse en un rol model es también un indicador de éxito
Que el médico de tu centro de salud pueda resultar tan buen rol model como el jefe de la unidad de servicio de un hospital o un especialista con una consulta de gran prestigio es un indicador de que esa persona tiene un gran talento y reconocimiento. De que es un profesional de éxito.
Porque los rol models sirven para establecer una dirección y, también, para señalar lo que quiere decir EXITO. Un equilibrio muy personal, distinto para cada individuo, entre la autonomía, la complejidad creciente y la recompensa proporcional al esfuerzo que hace que una persona se sienta realizada o vacía.
Parte de la seguridad sobre uno mismo se construye a través de la percepción de los otros. Si alguien piensa de ti como una persona triunfadora, tu autopercepción de éxito será mayor que si alguien censura tu actividad y te transmite decepción. Ser señalado como rol model por una revista como Mujeres a seguir, especialmente en un momento de la carrera en la que todavía se está creciendo, es un soplo de motivación y refuerzo positivo exponencial.
Anima a esas personas a seguir intentándolo; diciéndoles: “tú puedes, confiamos en tus capacidades”. A la vez inspira a otros que son sus iguales, diciéndoles: “si ella ha podido, tú también podrás”.
Un proyecto que haciendo mucho bien a las mujeres a las que selecciona y a las que se inspiran con su ejemplo.
Busca rol models, conviértete en rol model.
Si quieres tener una profesión o una carrera de éxito, estos son mis consejos:
- Busca rol models: Para llegar a un sitio, es necesario fijar un destino. Ante la imposiblidad de fijar empleos o profesiones, imita a personas a las que admires. En un momento de carrera profesional tan cambiante, los rol model son la alternativa más práctica a los oficios o vocaciones.
- Conviértete en un rol model. Busca visibildidad a través de certificadores. Un nombramiento para un puesto asociativo o público, un premio, una colaboración en una revista de prestigio… Recuerda: Si no eres conocido no te consideran para ello, si no te consideran no te haces conocido.
- Establece indicadores que te digan si vas por el buen camino. Aparecer en un rankings, publicaciones o medios pero también otros más cercanos, como que tus clientes se acuerden de ti para repetir en otro proyecto, un ascenso o un email de agradecimiento.
Me consta que muchos ya lo están haciendo pues cuando pregunto a mis alumnos y clientes “un referente” cada día son más aquellos que me dan nombres de profesionales de su círculo inmediato y menos de políticos, deportistas, cantantes, actrices u otros personajes de la farándula popular.