La falta de perspectiva puede impedir la adaptación del profesional, como sucedió en la siguiente historia:
El nuevo presidente mundial había decidido realizar una profunda transformación a todos los niveles para preparar a la organización para el reto digital. Las personas que ocupaban las direcciones de finanzas y marketing tuvieron distintas reacciones:
- El que ocupaba el área de marketing tenía algo de miedo porque sabía que el cambio le costaría. Aún así, aceptó el nuevo reto con ilusión, incluso cuando tuvo que asumir tareas que antes podrían considerarse menores para su rango.
- El profesional que ocupaba la dirección financiera no se lo tomó bien y se volvió una persona muy difícil dentro de la organización. Era una persona hermética que siempre había despreciado la visibilidad y la marca personal. Solía decir: «El que sabe lo que hago, ya lo sabe, no viene ahora al caso hacer rankings ni posturear por redes sociales”.
Diferentes actitudes ante un cambio
¿Cuál era el motivo de tan distintas reacciones?
- La persona a cargo del área de marketing se mantenía al día, acudiendo a foros y encuentros con sus colegas, así que sabía que la transformación de su función era inevitable. Se sentía afortunada, pues la compañía le estaba dando herramientas adicionales para facilitar el cambio que muchos de sus colegas no tenían en otras empresas. La persona de marketing, que había desarrollado su marca personal, tenía una amplia red de colegas que le habían hecho saber su situación relativa y sus opciones.
- El responsable de finanzas desconocía que sus nuevas responsabilidades respondían a innovadores modelos de trabajo. Creyó que se le estaba poniendo en cuestión, que ya no se confiaba en su valía. Su única referencia era “cómo se hacía antes”, y se tomó el cambio como una amenaza que le restaba estatus y que devaluaba su función. El de finanzas carecía de marca personal, perspectiva y red.
La importancia de ganar perspectiva para interpretar la situación
Ante un cambio, la capacidad de adaptación de las personas depende en parte de la personalidad, pero también de su capacidad para comprender la nueva situación en la que se encuentran en su totalidad. De no negarla. Es decir, de tener una completa perspectiva para comprender su posición relativa gracias a redes externas e internas que le ayuden a adquirirla.
Los dos sentían inseguridad ante el cambio, aunque fue muy distinta la forma de combatirla. La persona de marketing fue más capaz de adaptarse porque al mirar a su alrededor, supo que su nuevo rol se debía a un cambio de circunstancias. No se lo tomó personal.
“La “prueba social” de qué hacen tus iguales te ayuda a comprender tu situación relativa y qué viene a continuación. También saber si cuentas con recursos y cuáles pueden ser los beneficios y las desventajas de no adaptarte al cambio”.
Mientras, la persona de finanzas no tenía ninguna perspectiva. Ni para compararse, ni para conocer su situación relativa. Se cerró en una coraza defensiva, de negación ante el cambio.
Compararse a veces es bueno
El miedo a que compararse con los demás por timidez o por que pueda ser interpretado como una falta de modestia puede ser una gran traba a la hora de ganar perspectiva. Como dice el dicho, “a veces las comparaciones son odiosas”. Sin embargo, en otros casos son necesarias. ¿Qué habría pasado si el profesional de fianzas se hubiese puesto su situación en perspectiva? Posiblemente habría reflexionado y se habría dado cuenta de que todo cambio puede traer consecuencias favorables.
Poner una situación en perspectiva comparándola con la de otros es muy útil. Como una vez un directivo me dijo: “Cuando me enfrento a una nueva situación, comparo el reto al que me enfrento con el viaje del hombre a la Luna en los años 70”.
La marca personal te ayuda a adquirir perspectiva, diseñar una estrategia de talento, crear red y comunicar tu valía. Si la practicas, tendrás una aliada indiscutible para seguir progresando a lo largo de toda tu carrera profesional.