A menudo se achacan distintas causas al fracaso profesional, poniendo casi siempre el foco en la identificación de los atributos diferenciales que son importantes, pero no bastan.
El profesional que más brilla y evita el fracaso es aquél que se ubica en el entorno en el que sus atributos son los más óptimos.
Usamos a Rafael Nadal a menudo como ejemplo de marca personal por ser una persona con una reputación muy sólida. Todo el mundo sabe que es un tenista español ganador, número uno, que representa como nadie los atributos de esfuerzo y humildad. Un referente único, un ejemplo excepcional no sólo de marca personal sino también de talento y deportividad.
Un deportista de élite que si colocara en una pista de rugby o en una piscina para una competición de doscientos metros mariposa probablemente rendiría de una forma muy pobre. ¿Pero es acaso un mal deportista? Rafael Nadal es un gran deportista porque está en su elemento, ha encontrado el entorno donde sus habilidades brillan más.
Profesionales formados en la misma escuela y que comparten experiencias profesionales análogas son distintos gracias a la unicidad de sus habilidades. Hablamos de carisma personal a la suma de habilidades que de forma única se producen en un individuo y como el ADN son irrepetibles.
Es el ADN único de sus habilidades lo que hace que personas y talentos similares en un contexto brillen y en otro fracasen.
Elegir un mal elemento puede marchitar o matar al mejor de los talentos
Es muy difícil definir un elemento de forma genérica para el talento en el entorno profesional. Aquí no hay pistas de tierra batida o de hierba que puedas definir con facilidad. Incluso dentro de las mismas etiquetas funcionales como finanzas, marketing, operaciones, ventas, recursos humanos o industrial hay diferencias. Por ejemplo: trabajar en el área de marketing de Procter & Gamble -una compañía conocida por sus estrictos procesos- requerirá con más seguridad de capacidades analíticas y de organización mientras que trabajar en marketing en una empresa como Desigual -dinámica y rápida- puede necesitar competencias más innovadoras y ejecutivas.
Existen distinciones sectoriales acentuadas por el factor cultural de la propia empresa o del país en el que se ubica y ya en detalle las capacidades requeridas en cada proyecto no siempre son las mismas -aunque a priori lo parezca- incluso dentro de la propia empresa. Dependerá de factores muy variados como la percepción del líder que supervisa el proyecto o de tensiones políticas internas.

¿Cómo valorarías tu afinidad con estos tipos de organización?
Sentir aprecio y fluidez profesional acrecientan el talento: encuentra tu elemento
Hace años en el libro “El Mapa de tu Talento” ya ofrecí una metodología para identificar cómo encontrar el mejor entorno para cada talento. Lo hacía fusionando la teoría del Flow del profesor Mihaly Csikszentmihalyi con una herramienta -«El entorno óptimo del talento en 7 atributos» – creada en base a mi experiencia como Headhunter y especialista en talento. Este método codifica las características del profesional y del entorno en conceptos comunes – en este caso atributos- para compararlos y asegurar que están alineados.
Te invito a conocer la metodología en marca personal y asesoramiento de talento que he desarrollado durante años en el libro El Mapa de Tu Talento.
Encuentra la fluidez profesional descubriendo el entorno en el que tus habilidades se buscan y se valoran más.
Huye de aquellos que no valoran tu talento ni lo desarrollan.
En armonía rendirás de forma óptima, tu trabajo será reconocido y al poder contribuir al entorno y sociedad lograrás una mayor realización profesional.