Encontré este artículo sumamente interesante publicado en Ofdollarsanddata.com explicando la historia de cuando Stephen King y J.K. Rowling – dos escritores tremendamente famosos y grandes ejemplos de marca personal– publicaron obras con un pseudónimo y cómo se comportaron las ventas antes y después de conocerse su autoría.
A continuación encontraréis la historia traducida del artículo y después mis reflexiones desde el punto de vista de talento y marca personal
El artículo: «Why winners keep winning»
A fines de la década de 1970, el mundo editorial creía que un autor nunca debería producir más de un libro al año porque diluiría la marca del autor. Sin embargo Stephen King era una excepción pues estaba escribiendo libros a razón de dos por año. En lugar de frenar, King decidió publicar sus obras adicionales con el seudónimo de Richard Bachman.
En los años siguientes, cada libro que King publicó vendió millones, mientras que Richard Bachman permaneció relativamente desconocido. King era una leyenda. Bachman, un don nadie. Todo cambió cuando un empleado de una librería en Washington, DC notó la similitud de los estilos de escritura y al ser confrontado con la evidencia, King confesó:
En 1986, una vez que el secreto fue descubierto, King volvió a publicar todas las obras publicadas con el nombre de Bachman pero ahora con su nombre real, y se dispararon en la lista de bestsellers. La primera edición de Thinner había vendido 28,000 copias, la mayor cantidad de cualquier libro de Bachman y más del promedio para un autor. En el momento en que se supo que Richard Bachman era Stephen King, sin embargo, los libros de Bachman despegaron con ventas que alcanzaron rápidamente los 3 millones de copias.
J.K. Rowling también probó la diferencia entre publicar con o sin su marca personal
Este fenómeno no es exclusivo de Stephen King. J.K. Rowling publicó un libro llamado “The Cuckoo’s Calling” bajo el seudónimo de Robert Galbraith. Fue descubierta por alguien que realizaba análisis avanzados de texto con una computadora. Poco después de que el público descubriera que Galbraith era Rowling, “The Cuckoo’s Calling” aumentó sus ventas en más de un 150,000%, llegando al número 3 en la lista de los más vendidos de Amazon, luego de haber sido previamente clasificada el nº 4,709.
Estas historias de King y Rowling revela una verdad dura sobre el éxito y el estado social: los ganadores que cuentan con una marca personal siguen ganando.
Esta idea se conoce formalmente como ventaja acumulativa, o el efecto Mateo, y explica cómo los que comienzan con una ventaja relativa a los demás pueden retener esa ventaja durante largos períodos de tiempo. La Wikipedia simplifica su definición en: «la denominación sociológica de un fenómeno de acumulación de bienes, riqueza o fama, simplificado por la frase «el rico se hace más rico y el pobre se hace más pobre»
También se ha demostrado que este efecto describe cómo la música se vuelve popular, pero se aplica a cualquier dominio que pueda generar fama o estado social. En The Success Equation, de Michael Mauboussin escribe:
El efecto Matthew explica cómo dos personas pueden comenzar en casi el mismo lugar y terminar en mundos separados. En este tipo de sistemas, las condiciones iniciales son importantes. Y a medida que pasa el tiempo, importan cada vez más.
Esto explica como King y Rowling venden millones, mientras Bachman y Galbraith no, a pesar de ser de la misma calidad.
La opinión de Arancha Ruiz:
«El mejor primer momento para trabajar tu marca personal fue al inicio de tu carrera profesional. El segundo es hoy».
Hay muchos profesionales muy buenos desconocidos. Demasiados. Demasiados que no son reconocidos por su talento y que pasan desapercibidos.
¿Qué observamos cuando vemos un bestseller? ¿Dinero? ¿Fama? Yo observo reconocimiento y disfrute del talento. Porque cuando la gente compra ese libro está reconociendo la capacidad de ese escritor de contar buenas historias. Y al leerlas disfrutará de ese talento único y se verá beneficiado por él. ¿Y si no fuera conocido? ¿y si no eligiera ese libro?
Nunca podría disfrutarlo y sería un desperdicio.
No todos podemos ser Stephen King y J.K. Rowling pero tampoco es necesario. Porque cada persona es única y eso no podemos olvidarlo. Erasmo de Rotterdam decía que el talento oculto no produce reputación y yo añadiría que tampoco colaboración y menos aprecio. ¿Qué somos las personas sin las otras y sin el amor?
No pensemos en la marca personal como el famoseo o el postureo digital sino en la capacidad de distinguir nuestro talento y hacerlo accesible a los demás. El personal branding es una disciplina que funciona, que sirve para mejorar la imagen y también para clarificar y definir mejor los objetivos de uno y proyectarlos.
El branding personal sirve para generar una reputación positiva y también para recuperar el prestigio.
El mejor primer momento para trabajar tu marca personal fue al inicio de tu carrera profesional porque entonces podrías haber ido acumulando esa ventaja acumulativa. Si no lo hiciste no se trata de sentarte a lamentarle. Porque el segundo mejor momento para construir tu marca personal es hoy.