El consultor de marca personal, una profesión nacida de la adversidad
La consultoría en marca personal en España nació coincidiendo con la crisis del año 2008. El mazazo del despido hizo caer la venda que cubría los ojos a muchos profesionales. La empresa madre, el crecimiento fácil y las ganancias rápidas de la carrera veloz e irreflexiva desaparecieron bruscamente y comenzó un camino en solitario mucho más pausado.
Por fortuna muchos de los profesionales expulsados del mercado lo tomaron como una oportunidad. Sin nada que les cegara o les desviara la atención sobre lo importante aprendieron a mirar no sólo a su alrededor, sino también a su interior y llegaron a la conclusión de que era el momento de tomar las riendas de su destino.
El espíritu emprendedor se abrió paso. Estaba allí, siempre estuvo allí, pero hasta entonces no había encontrado el incentivo para salir al exterior. Todos recordaréis “Quién se ha llevado mi queso”, un libro que explica esa transformación y proceso de reflexión, incluso miedo que muchos vivieron. Los profesionales salieron de su cueva, de su zona de confort y aunque ya no corrían, sí que comenzaron a caminar con paso firme y decidido en la dirección que por primera vez ellos habían decidido.
Esas circunstancias coincidieron con el resurgir de una nueva disciplina: la marca personal. Los más pioneros en aprender a usarla observaron maravillados los buenos resultados de diseñar una estrategia de talento con un plan de visibilidad y comenzaron a ayudar al resto.
Una casa entera para colocar un jarrón
No sólo el desempleo o la mayor competitividad de talento ayudaron a incentivar la creación de una marca personal y con ella la búsqueda de consultores para elaborarla. La penetración de las redes sociales profesionales online aceleraron la difusión de esta disciplina y se convirtieron en su mejor aliada.
Los profesionales contaron de repente con un escaparate para su talento y se sintieron presionados para encontrar el modelo que les favoreciera más. Aunque para la marca personal la identidad digital es tan sólo una pequeña pata que llega al final, ha sido una gran aliada a la hora de animar al profesional a acudir en busca de ayuda. Guarda mucha similitud con este anuncio de IKEA de “redecora tu vida”.
Como si los profesionales al incorporarse en las redes sociales recibieran un “jarrón” nuevo que les animaba a realizar una serie de cambios terminando por “redecorar” su estrategia de talento. Ante la petición del profesional de “¿dónde y cómo coloco el jarrón?” el consultor de marca personal les ayudaba a darse cuenta de que para encontrar el mejor espacio había que arreglar primero todo el salón.
El éxito de la marca personal depende del cliente y el consultor
Esta es una ocupación con vocación de servicio. El consultor de marca personal está para ayudar a los demás y el éxito de sus clientes es su éxito profesional.
El consultor tiene 3 retos:
- Medir la potencialidad del cliente para alcanzar sus objetivos y transmitirle sus posibilidades reales de éxito. La marca personal no hace milagros y es responsabilidad del consultor explicarle a su cliente que no le va a convertir en superman. El consultor debe hacer plenamente consciente al cliente de sus posibilidades para que pueda decidir si prefiere cambiar sus objetivos o adquirir las habilidades que no tiene.
- Proporcionar al cliente un plan de acción realizable y medible. El consultor debe evitar la creación de planes teóricos o excesivamente ambiciosos y sólo diseñar estrategias que estén al alcance del profesional. Si las metas son demasiado altas o el cliente no observa progresos a sus esfuerzos puede frustrarse y parar el desarrollo de la marca personal.
- Motivar al cliente para que persista en la implementación y no pierda el foco. Aunque el consultor haya identificado muy bien las palancas que pueden hacer brillar el talento del cliente, sólo éste tiene en su mano el éxito o el fracaso de todo el trabajo realizado. Como los resultados aparecen a medio plazo, hay que evitar durante ese tiempo la pérdida de foco y advertir al cliente sobre la importancia de mantenerse en la estrategia fijada. Hay un momento para el análisis y otro para la acción y el peor error es querer dar un giro a mitad de la implementación.
Oro que no te vuelve rico pero sí afortunado
Dicen que el talento es el oro del siglo XXi. Usando ese símil, los primeros consultores en marca personal serían como los primeros buscadores de oro que ya vivían en California antes de descubrirse la primera pepita. Con la diferencia de que una vez encontrado el filón, aquí nadie se ha hecho millonario.
Un consultor puede producir lo que su tiempo le permite y es difícil un modelo de escalabilidad.
En marca personal se pueden ofrecer servicios de consultoría a un individuo (1-1) o a grupos o corporaciones mediante Workshops (1-20). Yo he llegado a hacer 1-40 en Workshops pero con una estructura de dos días como mínimo. Para grupos mayores la forma de transmitir marca personal es la formación.
Comparándolo con el servicio de entrenamiento personal sería como hacer Pilates (1-1) o Yoga (1-20). Seguro que se pueden hacer vídeos y aplicaciones para automatizar el servicio pero entonces se pierde la personalización.
Teniendo en cuenta la capacidad horaria, el consultor puede decantarse por hacer muchas sesiones de marca personal o elevar el precio pero siempre sus ingresos tendrán el techo de su calendario. Otra opción es incrementar precio y valor sofisticando el servicio con análisis, monitorización, creación de identidad digital, gestión de contenidos y relaciones públicas con los medios.
Americanos e ingleses tienen muy claro el beneficio que la marca personal puede aportar a sus carreras y no dudan en pagar grandes cantidades de dinero a su consultor por un proceso completo. Recientemente el Finantial Times publicaba un interesante artículo sobre la profesión llamado “Personal brands turn up the volumen” que explicaba cómo contribuye a la potenciación de la carrera del directivo y daba algunos rangos de precios que se están cobrando en USA y que oscilan entre los $26.000 y los $60.000 para asesoramientos de unos seis meses de duración. En España un proceso de marca personal lo puedes encontrar entre los 150 y los 25.000 € dependiendo de quién lo proporcione, número de sesiones y servicios adicionales.
Esta es una profesión que no te hará millonario pero sí te hará sentir muy afortunado. Conoces personas extraordinarias que están dispuestas a superarse a sí mismas y les enseñas mientras a la vez aprendes de ellas. Todos estos años he podido observar con satisfacción cómo mis clientes avanzaban profesionalmente al poner foco en su talento y aumentar la visibilidad en su entorno. Ellos han hecho posible el “milagro” invirtiendo en desarrollar una estrategia para su talento y hacerla realidad con su tesón y esfuerzo. Como consultor de marca personal tu labor es darles alas y timón para su talento y tu remuneración no es sólo el dinero, sino saber que esa persona está llegando muy lejos.
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Una profesión nueva mi querida Arancha que debe ir buscando su qué, cómo, cuándo, cuánto, dónde, para quién… a la que le veo mucho futuro.
;-)
Excelente artículo Arancha.
Respecto a hacerse millonario siendo consultor de marca personal creo que sí es posible. Dejo a parte que realmente así lo desee. Tenemos el ejemplo de un coach (que a priori estaría en la misma barrera de disponibilidad horaria) como es Tony Robbins que ha conseguido establecerse en la lista Fortune 500. Creo que con una buena estrategia de marketing es posible. Volvemos aquí a las 4 P’s de Phillip Kotler (como muy bien comentas en tu libro), que pese a no ser aplicable a personas si puede ser aplicable al producto que ofrecen las personas, en este caso la consultoría de marca personal.
Actualmente las nuevas tecnologías abren tantas posibilidades que se podría personalizar el servicio, atender a mayor número de gente sin que el proceso pierda personalización. Creo que además, los resultados finales obtenidos por el cliente dependen más de su implicación en el proceso que toda la personalización que el consultor de marca personal pueda a portar. Arancha, Cèlia, corregidme si me equivoco.
Un Saludo.
Jose CAMBLOR
Saludos cordiales, distinguida colega Arancha! Felicidades por este artículo tan preciso y esclarecedor, y al mismo tiempo promotor de análisis y debate sobre algo clave: los modelos de gestión para vivir de una profesión nueva, que está creando y construyendo su propia marca con el hacer de sus practicantes. Por mi parte, pienso que la base de todo es la calidad y el impacto del servicio, y su personalización; pero se puede personalizar el servicio online, no necesariamente cara a cara, de forma presencial. Y también, aprovechar el impacto individual de las sinergias que se generan en sesiones colectivas.
Y por otra parte, excelente abordaje del tema mercado. Acá en Latinoamérica es mucho menor por ahora (paradójico, con más de diez veces la población ibérica y con mucho mayor requerimiento de profesionalización para el desarrollo)… pero es parte del proceso: ir creciendo según crece la demanda, e ir creando nueva y mayor demanda desde la calidad y el impacto. Un círculo virtuoso.
Abrazos desde el Caribe, y muchos éxitos!
Hola José, muchas gracias por abrir debate. Si nos fiamos de lo que dice la Wikipedia Tony Robbins hizo su fortuna gracias a vídeos motivacionales y libros. Es coach pero su modelo de escalabilidad es 1 a un millón y no basado en el 1-1 del coach ;-)
En España tenemos nuestros propios ejemplos (a escala) de autores que han escrito buenos libros y que también dan conferencias pero ya te digo yo que no están en la lista Forbes. Spain is different y los precios y mercados no son para nada los mismos.
Los modelos de escalabilidad se basan en difusión de contenidos enlatados como la impartición de cursos online. Por lo que he observado por ahora en nuestro país no han tenido la misma aceptación que en otros lugares quizá porque el mercado no está acostumbrado o inclinado a consumirlos. No descarto que en el futuro cambie y habrá que estar preparado.
A día de hoy mi experiencia es que el cliente de marca personal busca que le ayuden a aplicar toda la teoría a su caso en concreto. Hay muchos libros y blogs que describen perfectamente la técnica y que servirían para «hacerlo uno mismo» pero cuando el profesional se enfrenta a su propio análisis nota que le falta la distancia para evaluar lo secundario de lo relevante, para discernir, priorizar y ubicar en el contexto más adecuado su talento. El consultor de marca personal debe aportarle esa distancia y ayudarle a dibujar acertadamente su estrategia profesional.
Obviamente en la carrera profesional hay etapas y el consultor de marca personal no es una excepción. Tomando el ejemplo de Tony Robbins, éste empezó como coach en el año 1983. Su primer vídeo lo lanzó en el año 1988. En el año 1997 creó su escuela de liderazgo. En el 2007 dió un discurso en TED que se convirtió en uno de los más vistos. Pero si atendemos a los años, la propia Wikipedia te dice que alcanzó ese título de «uno de los más vistos» en el año 2012. El vídeo tardó 5 años en llegar al estrellato y cuando lo hizo, habían pasado 29 años desde que Tony realizó su primer «infocommercial». Años en las que con mucha seguridad Tony realizó muchas horas de vuelo como consultor.
En mi opinión, esta es una profesión vocacional y de servicio en la que se aprende el oficio a base de horas con personas y muchos casos a la espalda. El que tome este camino también puede aspirar a hacerse rico o famoso pero para llegar arriba hay primero que ser muy bueno, incluso el mejor entre los buenos, porque la competencia es grande y todos vienen con muchas ganas.