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Sir Ken RobinsonYa lo decía Sir Ken Robinson:

«No es lo mismo hacer dieta que estar delgado así como no es lo mismo estudiar que estar formado».

Los que me escuchan últimamente en mis clases y sesiones de marca personal saben lo insistente que me he vuelto con el Life Long Learning. Se acabó eso de las etapas tasadas de la educación: ir al cole, luego a la universidad, olvidarse de los libros para volver a las aulas a hacer un Master y luego volver a olvidarse de la formación hasta que la empresa o la pura necesidad obligan a reciclarse.

La innovación del talento ha de ser continua y el aprendizaje también. Bienvenidos a la era del Life Long Learning

Pero no es fácil.

Hace años, siendo estudiante del exigente Master en Asesoría Jurídica del IE Business School (LL.M) decidimos ir unos cuantos al cine para despejarnos durante los exámenes finales. Se había estrenado Matrix y en la película, el actor protagonista tenía que enfrentarse al malo en un combate mortal sin tener ninguna idea de lucha. El Maestro Morfeo tranquilizó al pupilo Neo mientras le colocaba en una silla de dentista y con un cable le transmitía todo el conocimiento y pericia en artes marciales al joven. Keanu Reeves abrió los ojos y dijo las míticas palabras: «Ya sé Kung Fú»

Ya sé Kung Fú

 

Despertad. Eso sólo pasa en las películas.

En la vida real sólo se consigue aprender a base de esfuerzo y constancia. Y algo más: un buen maestro.

Volviendo a mi insistencia con la necesidad de integrar el Life Long Learning en los profesionales, me doy cuenta de que tres son las barreras más importantes a la innovación del talento:

  1. Definir qué significa la innovación para cada uno
  2. Encontrar y filtrar los recursos de aprendizaje para cada profesional
  3. Generar un hábito continuado de innovación

Para cada problema hay una solución y aunque todavía sea algo rudimentario aquí van mis consejos para cada uno de estos retos que fomentarán la innovación:

1. Definir qué significa la innovación para cada uno

Las personas se suelen formar de forma reactiva, no proactiva. Cuando se encuentran con el problema buscan la solución. El hecho es que en este nuevo panorama de ciclos cortos el tiempo del que disponemos para adquirir un conocimiento es escaso y si no integramos la tendencia conforme va apareciendo, en el momento en que la necesitamos carecemos del tiempo material para reaccionar.

Para aprender de forma proactiva te dejo algunos consejos:

  1. Busca en Google Trends cómo evolucionan los términos de búsqueda respecto a tu función o sector. ¿Es una tendencia ascendente o descendente? ¿existen otros términos asociados? (observa el ejemplo con shopper marketing respecto a trade marketing)

Google Trends

  1. 2. Busca información sobre tu función y sector en páginas académicas y profesionales especializadas. ¿Qué tendencias identificas?

profesionales especializadas

 

2. Encuentra y filtra los recursos de aprendizaje más adecuados para tí

Estos recursos pueden ser revistas especializadas, twitteros de relevancia en tu sector, encuentros de networking de primer nivel…crea una lista cómoda de lectura y añade encuentros clave en tu agenda. Encuentra un mentor, un referente, un maestro. Puede ser uno o pueden ser varios, ¡contrasta ideas!

recursos de aprendizaje

3. Genera un hábito continuado de innovación

Existen muchas herramientas que te ayudarán a gestionar el flujo de información y eventos como evernote, pocket o las nuevas aplicaciones integradas en el Google Drive, pero las ganas para hacerlo cada día sólo residen en tí.

Algunos consejos para mantener alta la motivación:

– Establece metas

– Comparte los hitos, celébralos

– Encuentra personas con los mismos intereses y crea una comunidad de aprendizaje

– Comparte tus conocimientos, genera más innovación.

Concluyendo

A veces la verdades más sencillas son las más difíciles de ver. O mejor dicho, las más difíciles de hacer. No existe pastilla mágica ni cable integrado que hoy por hoy ayude al profesional a mantenerse actualizado y adaptado a los cambios del entorno. La magia está en uno mismo, en la constancia, en el desarrollo del criterio para definir qué aprender, en la buena elección de los mejores recursos y en la perseverancia en el proceso. Sé un mago, integra el Life Long Learning y encuentra el éxito profesional.

 

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