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Diego

Uso con mucha frecuencia una frase que inspira mi forma de ver la vida.

«No tengo problemas, sólo cosas que hacer»

Eso significa que si ocurre algo que altera mi vida bruscamente -lo que se le suele llamar un problema- analizo qué tipo de suceso es:

Si es algo inalterable, por ejemplo una muerte, una enfermedad, una subida de tipos del IVA y no hay nada que pueda hacer yo por evitarlo, asumo que no es un problema sino un hecho. Lo incluyo en mi vida adaptándome a esa nueva situación. No es un problema, es una realidad.

Si es algo alterable, que pueda eliminar, evitar o minimizar con mi actividad, entonces tengo algo que hacer. Lejos de quejarme, anoto ese nuevo item en mi lista de To Do´s y no cejo hasta solucionarlo. No es un problema, es algo que tengo que hacer.

A veces lo logro y otras veces no. Si tras intentarlo persiste, asumo que es algo que se ha vuelto inalterable y por lo tanto me adapto a ello. Deja de ser un problema para ser un hecho.

Esta forma de ver las cosas me hace ser positiva y muy activa, porque sé que tengo la capacidad de influir en las cosas que dependen de mí, y las que no, las integro en mi vida evitando que generen frustración o ansiedad.

Qué tiene que ver esto con las verdades de la carrera profesional, os preguntaréis. Pues mucho.

Porque en la carrera profesional hoy, lo que ocurre depende en gran medida de uno mismo y está en vuestras manos que decidáis si queréis hacer, asumir o simplemente quejaros.

Estas son esas siete verdades hoy en el ámbito profesional:

1. Construyes para tí y para todos.

Lo que haces no es para salvar o mantener tu empleo, es para desarrollar tu talento, realizarte y aumentar tu valor en aprendizaje y experiencia.

Sabiendo que esto es así y actuando en consecuencia, se es más feliz, más eficiente en el trabajo y además el valor profesional aumenta, mejorando las perspectivas de carrera profesional.

El talento aislado y solitario no sirve para nada. ¿De qué vale un bello cuadro si no hay quién lo disfrute? ¿De qué sirve una bella melodía si no hay con quién compartir las emociones que despierta?

El talento individual ha de revertir en la sociedad, que podrá evolucionar gracias a la colaboración de profesionales que, organizados en empresas, asociados o como agentes libres, han de buscar la colaboración y la coopetición para el progreso y la sostenibilidad de la Humanidad.

2. Siempre existirán necesidades que cubrir.

Identifica cuáles son y sé tú el que las cubra.

En un país en recesión hay productos y servicios básicos y otros prescindibles. Entre el pan y el Ferrari hay una larga cadena de items que pueden ser clasificados de más o menos necesarios, según la visión subjetiva de cada individuo.

Cada uno debe aplicar el marketing tradicional,  hacer marketing personal.

Identifica en qué grupos existen necesidades «imprescindibles» que nadie mejor que tú -o tu equipo- sepa cubrir*.

* Trabajando para una empresa, como freelance o consultor o buscando empleo, el conocimiento de las necesidades de tu mercado y la definición de tu público objetivo es un ejercicio que has de hacer constantemente. Todos debemos hacer marketing…y todos somos ventas.

¿Cómo mirar al mercado? Si trabajas en una empresa, seguro que hay herramientas internas de mercadotecnia. Si estás por cuenta propia, acércate a la Cámara de Comercio de tu ciudad, a los organismos públicos, incluso a la página web del Instituto Nacional de Estadística. Y busca tendencias. ¿Cuántas empresas existen? ¿Qué tipo de negocio? ¿Cómo evoluciona la demografía? Pregunta cuáles son las operaciones más comunes en notarías, banca y registros. En cada actividad existe una necesidad… entiende cuál es la que tú puedes solucionar con tu talento.

3. Evita que los recuerdos del ayer emborronen el mañana.

Pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor está hoy fuera de lugar. Y si te entran ganas, mitígalas cantando la canción.

Si quieres pensar en «aquellos buenos tiempos del pasado profesional», te animo a que te remontes tan sólo cincuenta años atrás en España. Las condiciones eran francamente peores. Y si te vas a cien más, ni te cuento. Podemos dar gracias a que esos tiempos han pasado, como también se han ido los de las condiciones generosas y la famosa fiesta del pelotazo cuya resaca estamos pagando.

Así que vuelta a la realidad y a saber que no nos haremos millonarios de la noche al día. Nuestra vida, ahora muy longeva, transcurrirá entre el trabajo y lo personal y se ha de intentar con una buena orientación profesional hacer lo que más o menos nos gusta y aquello que se nos dé bien. Recibir algo a cambio, a veces más y casi siempre menos de lo que nos gustaría.

4. Sé flexible y vuelve a los otros flexibles. Dinamiza y globaliza.

Muchos piensan que sólo hay dos formas de relación laboral: cuenta propia o cuenta ajena. Pero,  ¿no se podría flexibilizar más el cuándo, cómo y donde?

Si te pregunto cuántos folios puedes coger con un clip, quizás contestarás lo mismo que la mayoría. Entre 15-20, más o menos.

O quizás no, quizás seas de los que ven más allá y me respondas que hasta 15.000 o incluso más. Porque todo depende del tamaño del clip.

(Este pequeño ejercicio de creatividad salía mencionado en este video de Ken Robinson sobre cambio de paradigma en la educación)

Los profesionales de más de 55 años que salen con jubilaciones anticipadas -o cualquier otro tipo de afectado por EREs- no han de quedar excluidos del mercado laboral porque muchas empresas consideren que es demasiado caro incorporarlos de nuevo a una estructura. Pensar así es tener una visión corta, diría yo más bien minúscula.

El talento de estos profesionales es extraordinario y pueden existir otras formas de aprovecharlo. Interim Management, consultoría por proyectos, equipos multidisciplinares de agentes libres asociados por objetivos, nacional o internacional… la lista de fórmulas es interminable si se está dispuesto a ver un clip de gran tamaño.

Las empresas también han de colaborar. Entre todos hay que dinamizar el mercado profesional. Donde una pieza ya no encaja podemos incorporar otra con formato distinto que funcione mejor. Las empresas deben estar abiertas a la flexibilidad en las captaciones y en las salidas, incentivar la orientación profesional mediante servicios de outplacement. El talento como la materia no desaparece porque no lo veamos. A veces puede parecer inerte, pero si se vuelve consciente, gana presencia y consciencia.

5. Actualízate, fórmate, recíclate.

Las habilidades que se necesitan hoy son las mismas que se han requerido siempre. Lo que cambia es el entorno y la tecnología. Ah, y que tienen nombres exóticos y si es posible, en inglés.

Hay que simplificar para comprender qué es lo que mejor haces, tu esencia del talento, y aprender cómo aplicar las herramientas actuales que lo potencian en el entorno que te ha tocado vivir.

Tu profesión antes se podía llamar de otra manera o tus clientes podrían ser muy distintos. Pero la esencia de tu talento está en tí, esperando que la desarrolles y la actualices.

La formación hoy es gratuita o muy cara, pero lo que más te va a costar es el esfuerzo que inviertas en ella. Esa es la inversión más alta que pido que hagas.

6. Mens sana in corpore sano.

Cultiva tu cuerpo y tu espíritu. Haz deporte, siéntete ágil y deja que los beneficios del deporten te hagan sentir bien cuando vuelves a sentarte frente al ordenador.

Lee, visita museos, acude a conciertos, medita o reza. Observa la belleza, busca en ella la paz y la inspiración. Cuando eres capaz de aislarte del ruido y dejar penetrar la belleza y el pensamiento que estimula tu espíritu, entonces puedes discernir lo importante y comenzar a fluir.

Relativiza, la vida es equilibrio y regocijo en las pequeñas cosas.

7. No te quejes, actúa.

No busques la paja en el ojo ajeno ni te enzarces en una retahíla de quejas sin fin.

Las seis verdades hasta ahora pueden parecer muy idílicas y hasta un poco «naive». Por eso está la número siete. No te quejes y actúa. Los grandes cambios comienzan con pequeñas acciones.

A los que estáis a punto de dejar un comentario diciendo: «es que mi jefe es lo peor», o «la vida está llena de trepas», os diré que peor para ellos. Que si prefieren ser mediocres a excelentes no quiere decir que vosotros tengáis que seguir su ejemplo. Quizás tengan remedio y su mediocridad sea corregible. Entonces tenéis algo que hacer, ayudarles será una buena tarea. Quizás no haya nada que hacer, en cuyo caso es un hecho y no dejéis que su negatividad os contagie.

La denuncia es lícita y necesaria. La acción también. El estado de la política actual es deplorable, pero no conseguiremos cambiarla en el ardor de la crítica y la queja, sino con acciones. Se necesitan buenos profesionales en la res pública, no oportunistas sin escrúpulos. También se necesita mucho talento en el entorno empresarial y económico, personas que sepan colaborar e innovar y ofrecer soluciones de calidad.

La séptima verdad es que sólo cambiaremos las cosas haciendo, y no mirando o criticando.

Sumar y colaborar para el progreso de la sociedad y la sostenibilidad de un planeta que entre todos podemos aspirar a que sea algo mejor para todos sus habitantes: animales, vegetales y minerales.

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